Cuando pasamos mucho tiempo con una persona, descubrimos que
está con nosotros solo para usar y tirar. Si te hace daño tu te enfadas al no
saber sus intenciones les perdonamos sin que ella nos lo pida. Va pasando el
tiempo y todo es repetitivo, con esa actitud le estamos dando la libertad de
hacernos daño.
Esa libertad que no hay que dejársela cuanto más nos haga peor y nos iremos acostumbrando. Sin embargo, cuando tenemos a un buen amigo al lado nuestro si nos peleamos te pide perdón, te valora, está junto a ti en lo bueno y en lo malo.
Si tenemos lágrimas en la cara por algo malo nos la seca y puede llegar a convertirse en una sonrisa. Por muy mal que estemos siempre nos cambiará el ánimo, y estará siempre ahí.
En los falsos amigos hay que darse cuenta de que: somos humanos, tenemos sentimientos, que no somos de usar y tirar y somos mejores que ese amigo.
Esa libertad que no hay que dejársela cuanto más nos haga peor y nos iremos acostumbrando. Sin embargo, cuando tenemos a un buen amigo al lado nuestro si nos peleamos te pide perdón, te valora, está junto a ti en lo bueno y en lo malo.
Si tenemos lágrimas en la cara por algo malo nos la seca y puede llegar a convertirse en una sonrisa. Por muy mal que estemos siempre nos cambiará el ánimo, y estará siempre ahí.
En los falsos amigos hay que darse cuenta de que: somos humanos, tenemos sentimientos, que no somos de usar y tirar y somos mejores que ese amigo.
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