¿A cuántas personas decidimos odiar durante el resto de
nuestra vida?
Probablemente toda la
vida, pero siempre llega ese momento en el que nuestro enfado con aquella
persona se desvanece y te dan ganas de llegar hasta ella para abrazarla y
decirle que todo va bien. Puede que dos personas se puedan enfadar por algo
serio o incluso por una tontería pero siempre hay algo que les une y que les
hace olvidar lo que ocurrió.