Sentimientos que nunca se olvidan.

martes

Simplemente, sin palabras. Simplemente, gracias.

Ayer sucedió algo terrible, no podía creer lo que estaba sucediendo. Cuanta más información recibía, cuanta más imágenes y noticias leía o veía, hacían que no pudiera creerme lo que estaba ocurriendo tal día como el día anterior.


Hoy después de ver todas las noticias y asimilar lo que estaba ocurriendo, fue cuando reaccioné. Ese impacto, esas noticias han hecho que me sienta tan impotente, sabiendo que no he podido hacer nada por salvarla, nada por poder para lo que estaba haciendo que yo llorara como una niña pequeña sin consolación por el dolor que estaba sintiendo al ver todas esas imágenes. Al ver toda esa barbaridad, la tragedia en el mundo del Arte, Historia, Cultura, estaba desconsolada.

Hace cuatro años, tuve el placer de poder visitarla. Hace cuatro años fue cuando la conocí por primera vez. Allí estaba ella, allí cruzamos las miradas por primera vez. Ella estaba allí, hermosa, esplendorosa, espectacular. Estabas perfecta. Yo, en cambio, me sentía muy pequeña e insegura ante tu belleza y tu impetuosidad.



Ella sintió esa inseguridad en mí, me mostró que no debía tenerle miedo. Ahí, me abrió las puertas de su casa. Me invitó a conocerla por dentro, me insistió en que debíamos conocernos en persona. Yo acepté encantada, no podía rechazar una oportunidad como esa, tenía que entrar.


Dejó que respirara su historia, explorar todos sus rincones, admirar la belleza interior que tenía, sentir latir su corazón y bailar al mismo son en una misma línea con varios matices; cultura, historia y arte. El amor por el arte, la historia y la cultura, hizo que nos conectáramos de tal forma que le agradecí que me dejara entrar a conocerla.


 Ese día, inspiré tu historia que me transmitías por esos muros que hablaban por todos sus lados. Ese día, me impregné de tu esencia, de tu aroma, de todo tu ser. Te adentraste de tal forma en mi corazón que esa inseguridad no solo se fue, también hiciste que me enamorara aún más de ti de lo que ya estaba. No sé cómo hiciste eso. Supongo que será magia lo que das. Me embrujaste y dejaste clavado en mi interior ese hechizo que me ha hecho que te admire cada día más.


Al abrirme tus puertas, me otorgaste el privilegio de enamorarme aún más de ti, que enloqueciera. Hiciste magia. Pusiste todo tu amor para sentirte parte de mí, para tener ganas de ti, para que te hiciera mía de alguna forma. 


Sobreviviste a tanto que ese día me diste una lección de vida; mantenerse de pie pase lo que pase. No rendirnos jamás.


Ayer, tuvimos la mala noticia de ver cómo la ficción superaba la realidad. Vimos la premonición de Víctor Hugo y de la película de El jorobado de Notre Dame se hacía verdad. Ayer, tuvimos la mala suerte de verte arder, de verte sufrir, de verte llorar.


Ayer, te observábamos con impotencia, con dolor, con desesperación al ver que no podíamos hacer nada por ti. Ver cómo te devoraba el fuego fue algo desgarrador y nos llenó de rabia por no poder protegerte. Y, aunque sé que tu no nos hubieras dejado ayudarte, aceptas nuestro amor y nuestro cariño..Ayer sufrías tanto que no podía evitar que las lágrimas corrieran por mi rostro. Hoy todavía corren al ver lo que ha ocurrido.


Muchos dicen que volverás a ser la misma, eso quiero creer yo, que volverás a ser tú, con tu esencia, con tu aroma. Yo creo que no serás la misma aunque sí lo seas físicamente, tu alma será distinta aunque nosotros te ayudaremos a que seas como hace dos días, te lo prometo.


Ahora, mi querida Notre Dame, mi querida Dama, toca que te mimemos, toca ayudarte, nos toca apoyarte para que vuelvas a ser tu muy pronto. Tenemos que volver a respirar tu historia, necesitamos que tus muros vuelvan a hablar por cada milímetro de cemento. Necesitamos volver a verte esplendorosa y majestuosa, aunque lo sigues y lo seguirás siendo pero ahora necesitas reponerte y recuperarte.


Nosotros nos encargaremos de que vuelvas a tener tu imagen brillante y perfecta. Que vuelvas a resistir ante la inmensidad y nos abras las puertas de nuevo, yo haré todo lo que está en mi mano para poder ayudarte.


Cuando vuelvas a ser tú volveremos a vernos y te recordaré la esencia que tú dejaste en mí. Mientras  te recuperas e intentas ser la misma, yo intentaré volver a verte para estar contigo y mostrarte mi amor y gratitud. Mientras vuelves a ser tú, yo te prometo que seguiré estando enamorada de ti desde el primer día, desde que me abriste tu corazón.


 Desde que nuestros corazones bailaron al mismo son, porque tú hiciste que me enamorara aún más del arte y de tu estilo. Porque tú has hecho que sienta esa magia que haga que no pueda borrar hoy especialmente te escribo esto.


También aprovecho para agradecerte que me dejaras conocerte. Gracias por invitarme, por dejar que me impregne de ti. Gracias por hacer que ante ti sea segura.


Serás el Ave Fénix del Arte Gótico, volverás con más fuerza que nunca. Gracias por toda la historia que nos has dado desde hace más de 800 años. Gracias por inspirar a tanta gente y ser un referente para tantos otros, como la Catedral de Burgos o la Catedral de Reims.


Te prometo que volverás a ser tú, imponente, esplendorosa, brillante, perfecta. Volverás a ser Única.


Notre Dame, nos vemos muy pronto, mientras llega ese día, tienes que recuperarte lo más rápido que puedas.



Gracias por tanto, 
Tu admiradora embrujada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario