Cuando tenemos problemas, algunos son tan leves que apenas
nos afectan y otros, sin embargo, son graves que nos puede llegar a afectarnos
de una manera tan extraña que no tengas ganas de nada. Sin darte cuenta
empiezas a actuar de forma rara estas triste, no sonríes, estás siempre
pensando en ello...
La gente que te quiere comienza a pensar qué es lo que te
ocurre, por qué estás de esa manera, tus amigos van a preguntarte, tú los ves e
intentas esquivarlos unas cuantas veces. Cuando ya no puedes escaparte te
hablan y tu les dices que tienes semana mal.
Ellos, puede ser que se lo crean pero si siguen pasando los
días te pueden volver a preguntar, les preocupas y te quieren.
Intenta que lo que te sucede no te afecte, por muchas cosas
que te ocurran siempre te van a implicar, así que, procura olvidar por un
momento esos problemas que te impiden estar a gusto contigo mismo. No te
deprimas por mucho que pases, por que si te dejas hundir puede ser que no
salgas de ese pozo sin salida que se te formó sin querer.
Cuando te pase esto, recuerda que eres fuerte y nadie puede
contigo ni un solo problema, aunque no puedas pensar en ello porque lo pasas
súper mal, intenta pensarlo, así, lucharás mejor contra él.
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